Reflejo de un reflejo



Suelo pensar que vivo en un constante reflejo dentro de otro reflejo. Me veo, invertido en un mundo donde mis acciones son ajenas a mí, actúo pensando en todo y en nada, haciendo lo que creo que es correcto, porque se supone que es lo correcto, y me siento bien, porque es lo correcto y así lo hago. Y así en bucle.

Me muevo en la cama, giro, me retuerzo, me doy la vuelta, me levanto y me acuesto. Pero no lo entiendo. Madrugo sin querer para poder disfrutar de los maravillosos colores del alba y del silencio, sobre todo del silencio. Vuelvo a dormirme, y más me muevo, y si quizá sueño, sueño contigo.

Cuando me despierto me enfado, porque te has ido, del único sitio en el que podía verte. Y pienso en qué hemos hecho, como si fuese real, como si el día tuviese algo mejor que ofrecerme y pudiese por fin verte. Pero no puedo. Y acepto que será así todo el tiempo, ese que pasa y no te veo.

Hago todo lo que se supone que debo hacer: comer, trabajar, hablar, moverme… Pero aún así, sigo sin verte. Me veo en un reflejo, como el del espejo, pensando en cuántas veces me he vestido y desvestido viéndote pasar por el pasillo, y ahora ya no, ni tampoco me miro. Me desvisto y voy a dormir, acaricio las sábanas y pienso en cuando tu estabas y me abrazabas.

Quiero seguir, pero persisto, y subsisto a base de recuerdos, que revivo y revivo sin éxito en su propósito. Mi alma llora, yo ya no puedo. Y creo que es lo correcto, seguir como siempre, haciendo lo que debo. Pero ya no estás, solo eres un reflejo de un reflejo que no existe, y más me pierdo. Y me muevo, giro, me retuerzo… Pero tú ya te has ido, o quizá, lo que creo que eras, nunca ha existido.

Siento muy adentro que todo lo que he hecho no sirve para nada, porque pasa otro día más y no me siento realizado. Quiero formar frases que no sean monosílabos, y se me quiebra la voz porque no entiendo lo que digo. Vivo un constante eco de tu voz en mis oídos, que viene y va si pienso en por qué te has ido. Busco la forma de entretenerme, para poder dejar a un lado lo que siento.

Me despierto alertado por la nada, descubriendo apesadumbrado el silencio prolongado. Mirando al horizonte y escuchando los miles de universos paralelos en los que vienes a buscarme. Supongo que los días pasan y el corazón se acostumbra, recogiendo cada pedazo a medida que se va desprendiendo. Haciendo lo correcto, comiendo, trabajando, hablando y moviéndome, y así, en bucle, mientras sigo soñando contigo.  


- Dedicado a todas aquellas cosas que nos quitan el sueño, sean personas, sueños o promesas por cumplir. Cada una de ellas tiene un efecto diferente sobre nosotros, y nos hacen darnos cuenta de dónde estamos y a dónde queremos llegar realmente, con o sin ellas. 

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