Querido Reyes Magos,







Este año quizá no me haya portado tan bien como debería, pero la verdad es que me ha permitido reflexionar bastante sobre lo que me rodea.

Y es cierto que todo puede cambiar, y cambia. Se quiera o no. La persona más fría se puede transformar en un ser totalmente diferente, tanto que no se reconozca a sí mismo. Porque todos somos humanos, solo humanos. Podemos fingir una sonrisa, una risa, pero también podemos sonreír y reír de verdad.  Podemos comportarnos como quieren que lo hagamos o según nos dicten nuestros principios. Podemos ser todo lo que ese alguien necesita, o podemos darle la espalda cuando no tiene a nadie más. Podemos volar para llegar a alcanzar lo inimaginable, o quedarnos sentados viendo como los demás lo hacen, o al menos lo intentan.


Algo a lo que apenas le damos valor diariamente es a la capacidad que tenemos de pensar, es algo extraordinario, así como crear y amar. Son tres cosas imprescindibles. Y tengo bien claro  que estamos mal hechos, siempre nos falta algo. Pero si sabemos apreciar y emplear esos dones que tenemos: pensar, crear y amar; podremos hacer de nuestra vida una vida mejor, una vida plena y que llegue a hacernos felices a nosotros y a los demás.


Sí, nos rompemos. Nos hacemos mil y un pedazos, puntiagudos e imposibles de volver a juntar. Queremos a veces gritar ¡Estoy aquí¡¡Mírame! ¡Soy yo! ¡Soy un desastre absoluto que te quiere! Porque quizá hemos tenido la suerte de alguien sepa juntar nuestros trozos rotos, hacernos sentir enormes cuando pensábamos que éramos lo más pequeño del mundo.  


Podemos cambiar. De la persona más pasiva, a la más activa. Porque podemos aprender a amar. Podemos caernos, rompernos, equivocarnos, podemos hundirnos, pero sobre todo podemos volvernos a levantar. Podemos llegar a hacer cosas increíbles por hacer feliz a alguien.  Porque todos somos humanos, solo humanos. Con ganas de gritar, de cambiar, y aunque no lo sepamos, o pensemos que no lo necesitamos, de amar.


Así que este año deseo que mis palabras lleguen a muchas personas, sean de la edad que sean. Pero, sobre todo, a aquellas que piensan que la navidad solo es para los niños, o que creen que todo está perdido.  ¡Y no!


Hemos sido testigos de que 2015 ha sido un año sangriento y desalentador. Un año cruel y desgarrador. Hemos visto imágenes de niños muertos en playas o en la calle, y miles de personas con la misma mala suerte. Quizá ellos ya no puedan disfrutar de la ilusión que debería hacer la navidad. Pero vosotros los que me escucháis podéis cambiar, y podéis empezar a sonreír, y a llorar cuando las desgracias vengan porque no es malo ni evitable. Seguid sonriendo y teniendo ilusión, porque no es por la comida, los regalos o el dinero, es por la familia, la bondad y la unión.



Así que queridos reyes magos, solamente desearía que todos abramos los ojos. Que estemos dispuestos a pensar en lo que hacemos, a crear, aunque solo sean sonrisas en los demás, y a amar, tanto como nos sea posible. Porque eso siempre es posible. 



Feliz Navidad.


Comentarios

Entradas populares