Dedícame
Dedícame las horas, los llantos y las sonrisas. Porque lo quiero todo. Quiero hasta el más pequeño resquicio de miedo, para poder arrancarlo y destruirlo. Porque las mareas sin agua no son mareas, porque las flores sin pétalos no son flores, al igual que la felicidad no es felicidad sin ti.
Llamó a mi puerta la más extraña apariencia, mostrando lo nunca visto por mis ojos. Para llenar mis calles de gente, para encender cada una de mis farolas e iluminar cada oscuridad. Para hacerme sonreír al pensarte, por lejos que llegues a estar. Y ya no me importa nada de lo que antes me apresaba con pensamientos de inseguridad. Ya no existe aquello. Ahora solo eres tú, tú y yo.
Dedícame los minutos, las caricias y el dolor. Porque lo quiero todo. Quiero hasta el más pequeño resquicio de debilidad, para poder quitarlo y matarlo. Porque las nubes sin agua no son nubes, porque la música sin sonido no es música, al igual que mi mundo no es mundo sin ti.
Y llamó a mi puerta la serendipia, mostrando lo nunca pensado por mi. Para llenar mi mente con el arrebol, para querer todo lo que nunca quiso nadie, para hacer lo malo bueno, y lo bueno mejor. Y ya no me importa otra cosa, porque ya no existe nada, que no seamos tú y yo.
Por favor, dedícame hasta los segundos de tu vida.
(Fotografía: Ismael Ortega Quintana.)
Seguro que se lo dedicará, no lo dudes.
ResponderEliminarUn abrazo y felicidades por este trabajo.
Muy bonito Alba, seguro que lo hará y tú aprovecha cada minuto de cada hora porque a veces y solo a veces el amor es tan fugaz
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar