Volar









Puede cambiar todo. De la persona más fría puedes hacer un ser diferente, tanto que no se reconozca a sí mismo. Porque todos somos humanos, solo humanos. Podemos fingir una sonrisa, una risa. Podemos comportarnos como quieren que lo hagamos. Podemos ser todo lo que ese alguien necesita. Podemos volar para llegar a alcanzar lo inimaginable. Porque podemos amar.

Pero también nos rompemos. Nos hacemos mil y un pedazos, puntiagudos e imposibles de volver a juntar. Queremos a veces gritar ¡Estoy aquí¡ ¡Mírame! ¡Soy yo! ¡Soy un desastre absoluto que te quiere! Porque quizá hemos tenido la suerte de alguien sepa juntar nuestros trozos rotos, hacernos sentir enormes cuando pensábamos que eramos lo más pequeño del mundo. E incluso sin palabras, como en un baile con una canción suave, en que la sola presencia del acompañante es suficiente, en silencios que lo dicen todo. 

Podemos cambiar. De la persona más pasiva, a la más activa. Porque podemos aprender a amar. Podemos caernos, rompernos, equivocarnos, podemos hundirnos, pero sobre todo podemos volvernos a levantar. Podemos llegar a hacer cosas inimaginables por hacer feliz a alguien.  Porque todos somos humanos, solo humanos. Con ganas de gritar, de cambiar, y aunque no lo sepamos, o pensemos que no lo necesitamos, de amar. 

Y, desgraciadamente, igual que se ama, se odia. 
Todo es tan fácil y tan difícil... Así como volar.





(Fotografía de Natalia Aguado, Irreberente)



Comentarios

  1. Todos hemos pasado por momentos como el que describes tan bien.
    Un abrazo y disfruta de tus vacaciones.

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