En las nubes





Y la filosofía es así, me dijo no hace tanto el ser, que va por todos y no va por nadie.
Pero es como todo en la vida, quien quiere se puede dar por aludido, quien no, pues no. Pero ella sigue ahí, esperando adentrarse como una niebla que se torna espesa en nuestros pensamientos, que podemos analizar y rebuscar entre ella o apartarla de un parpadeo. Pero siempre seguirá ahí, queramos hacerla caso o no.

Hablando con el Autentico salieron varios temas de conversación, sentados en las nubes y bebiendo el néctar de los dioses comenzamos a dar rienda suelta a nuestro pensamientos más profundos en voz alta. Más bien yo solo escuchaba, porque en gran parte pretendía conocer los entresijos de aquel ser extraño que un día me topé por el camino. Digamos que mi mundo es como el de Alicia en el País de las Maravillas, puedes encontrarte cualquier cosa, en cualquier momento. Un mundo de ideas sin imposibles ni límites.

Autentico me contaba cosas sin parar, utilizando un vocabulario sorprendentemente agradable para mis oídos. Me hablaba sobre la amistad. Sobre como darse cuenta de que es, o no es real. Luego me habló sobre mi, aunque no llegué a entenderlo del todo bien. Y por último de él mismo.

Me sorprendió encontrar en él su verdadera esencia, la que yo percibía pero no comprendía. Me mostró la autenticidad de su alma. Tan pura, tan clara, que no tenía palabras para continuar la conversación. Aunque no creí necesitar decir nada, él ya había dado rienda suelta a sus cuerdas vocales. Las palabras brotaban de su boca y se difuminaban y esparcían por el aire como el humo de un cigarro.

Aún me sigue extrañando ese tipo de sentimiento del fin, aquel que hace a algunas personas vivir el día día y tan solo esperar a la muerte. Para nada esperé descubrir eso de este ser. Yo por mi parte, dije que no tenía miedo a la muerte, para lo que el Autentico tenia contestación, me dijo que eso era de cobardes. ¿Cobarde por el simple echo de no temer a algo inevitable? ¿Cobarde porque podría estar diciendo algo falso para quedar bien? ¿Cobarde porque no se de lo que estoy hablando? 

Intenté preguntar el por qué de mi cobardía, pero hablando de todo y de nada a la vez, la conversación dio un giro inoportuno y radical. No podría repetir con exactitud aquella conversación, porque lo que sucede en aquel mundo, la mayoría, se queda allí, esperando para que yo solamente pueda sacarlo en forma de letras. 

En un visto y no visto, el Autentico, con su forma grande y de andares vacilantes se fue dejándome con más dudas sobre la cobardía, la existencia, los amigos, y sobre todo, sobre mi misma. Bajé de las nubes y despejé la mente. Solo quedaba en ella la sonrisa amable del ser. Quizá otro día tendría otra oportunidad de desordenar esto que algunos llaman ideas. Quizá todo tenga sentido, o lo que es más divertido, seguir sabiendo que nada lo tiene. Que todo es un cuento, y que de momento, nos entretiene.


(Fotografía: Natalia Aguado, Irreberente)

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