Acompañados


Amistad.

Esa palabra que significa tantas cosas y, a la vez, puede no significar nada. Esa palabra que nos une o nos separa, que nos fortalece o nos debilita, que nos oprime o nos alza, que nos mejora como personas o nos hace peores. El mundo es una bola llena de extrañas parejas y conjuntos de amigos. 

Lo que buscamos sin a veces pensar es diverso según la persona. Están las amistades de papel, aquellas que te necesitan para ayudarles en algún momento dado y luego vuelan de la misma manera que vinieron. Las amistades de doble cara, te piden pero no te dan; como por ejemplo cuando alguien esta muy espabilado para pedirte dinero, pero por una cosa u otra nunca te lo acaba de devolver. Hay también amistades vampiro, que te utilizan, manipulan y te adsorben la energía hasta que ya no puedes hacer nada más; las amistades tóxicas, etc... Hay demasiadas amistades malas, jamás desaparecerán. Pero no me quería centrar en esas sino en las amistades buenas, positivas, esas de las que todos queremos disfrutar.

Ahora que soy joven voy entendiendo lo complicado que es encontrar una amistad ideal, pero no imposible. Personalmente me encanta poder contar con esas amistades con las que desfasarse, hacer todo tipo de locuras, y tener todo tipo de recuerdos extraños pero que recordar con una buena sonrisa en la cara el día de mañana. También amistades con las que poder tener una confianza plena, compartir lo bueno y lo malo sin necesidad de esconder como eres realmente. Y tantas amistades buenas como malas, quiero creer que superan en numero las primeras, porque la amistad es algo que se necesita, puedes recordar cuando te casaste, cuando te graduaste, cuando fuiste a ver en concierto a alguien o cuando fuiste a la universidad, pero todos sabemos que todo recuerdo siempre lo tenemos que complementar con alguien más. Porque ahí está la verdadera emoción de la vida, compartir la felicidad y la desgracia, resurgir de cada hoyo y continuar, y siempre teniendo a nuestro lado a esas personas que nos hacen brillar con más intensidad. La vida es demasiado corta para querer estar solo. Busquemos la felicidad, busquemos la amistad. Para disfrutar al máximo el presente, enfrentarse con valentía al futuro y después contemplar el pasado, con la cara a colores por lo pasado, lo bueno y lo malo, pero siempre acompañados.



(Foto: Marina Caballero)








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