Perdido






Llevo tiempo navegando, como la nada por el vacío más absoluto, mucho tiempo. Pensando en mis recuerdos, los que he podido ver con claridad como si los reviviera. He perdido el norte, no sé si es de día o de noche, no se que día de la semana es, ni de que mes ni de que año. El alma del guerrero que aún no se ha reencarnado. Solo me queda seguir aguardando.

Navego con las velas siempre tendidas. Esperando a que el viento las mueva y me arrastre quién sabe a donde. Sentir de nuevo la aventura, como un navegante fiero, o quizá un pirata. Muero por volver a tierra, o por lanzarme a nadar en este agua helada. Pero sigue sentada, este alma de fantasma olvidado, que muere entre las tablas de este barco. 

Llevo tanto tiempo navegando, que hasta lo que buscaba he olvidado. Un tesoro quizá, o la simple libertad. Tantos momentos vividos, ahora vacíos en mi. Solo las palabras pronunciadas en canciones susurradas, todo para lo que da mi voz, son lo que me hacen revivir. Añorando aquellas aves que surcan el mar, como espejismos entre las redes que alguna vez sirvieron para algo.

Y seguiré aguardando, rememorando aquella puesta de sol, en la que me abalancé hacia el vacío en busca de... Quizá algún día recuerde el camino de vuelta, encuentre algún tesoro o sencillamente las sirenas arrastren mi cuerpo, desde la cubierta cuando me lance por no acabar loco, hasta el fondo. 






(Foto: Natalia Irreberente)




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