A mi Luz







Ninguna abuela es igual que otra. Y he tenido la suerte de tener dos de entre las mejores. Dos de las que quieren a sus nietos de una forma excepcional. Dos de las que se preocupan por ellos. Dos de las que los quieren y les cuidan por encima de todo. Dos de las que te apoyan en todo momento. Dos de las que no dejan que te sientas solo. Dos de las que jamás se olvidan. Dos de las que por desgracia solo me queda una. 
Y esa una es mi abuela Luz, o más conocida por nosotros como Ela Luz. Porque cuando nació mi hermano a penas pronunciaba ''Abuela'' o ''Güelita'', así que nuestras abuelas pasaron a ser nuestras elas. Bien, como iba diciendo, ella cumple años hoy, y sé que la gusta algunas veces leer lo que escribo, voy a escribir algo especialmente para ella. 
Me encanta recordar su mano en la cocina. Su famosa sopa y sus croquetas, su tarta de queso... Cuando voy a su casa tengo presente que saldré con la barriga bien llena y algún kilo de más. Porque no va a dejar que nadie que esté en su casa pase hambre. Y es de las que si la dices la mítica frase de ''échame poco, que no tengo mucho hambre'' Te llena el plato hasta que la comida se sale por los bordes y te sonríe maliciosamente mientras dice ''Come eso eh ¡que no comes nada!'' O alguna frase por el estilo. 
Siempre recuerdo el viaje a Tenerife cuando fuimos mi abuelo ella y yo. La noche en que llegamos me preguntó que si quería dormir sola y la respondí ''Si, si, no pasa nada.'' Y pensando que iría a dormir con mi abuelo, me dijo ''Ya bueno, pero duermo contigo.'' ''Que no de verdad, que me da igual. No dejes a elo solo.'' ''A tu abuelo le da igual'' y mi abuelo mirando extrañado y con razón. 
También recuerdo esas navidades cuando Hernán era bastante pequeño y los Reyes Magos le trajeron un Epi de barrio Sésamo que empezaba a reírse cuando le hacías cosquillas. A mi abuela le entró también la risa al ver aquel juguete y estuvo sonriendo hasta que lo tuvimos que apagar. 

Tantas cosas que recuerdo desde que nací. Tanto las buenas como las malas. Pero en todas contigo. Te quiero muchísimo, e incluso eso se queda corto para decirte lo que te quiero. Y quiero seguir acumulando miles de recuerdos en los que estemos felices y juntas. Y hoy, te deseo muy feliz cumpleaños, para que sigas cumpliendo años junto a la familia que te adora. Te mereces el universo. Puesto que tu eres como una estrella como las que hay en el, de las que brilla e ilumina lo que tiene a su alrededor, cuidando y protegiendo con su luz a los que quiere. De ahí tu nombre. Sonríe ela, que estas preciosa cuando lo haces. 




Tu nieta Alba. 


(Foto:Rosaura García Valles.)
(En el segundo cumpleaños de Ordoñito.)


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