No sabes ser libre
Pide libertad en ti un misterioso
individuo.
Supuestamente a gritos.
Supuestamente justo.
Quiero saber qué
libertad exiges con tanto ímpetu.
Las mismas opciones que a todos se te han
dado, y ninguno de nosotros ha reclamado jamás nada que no mereciéramos.
Jamás
callamos ante lo injusto o mal actuado.
Defendemos por encima de todo lo bueno
y lo honrado.
Con cautela, con claridad y desenfado.
La coherencia es algo que
en personas como tu se ha dado por olvidado.
Pero has de saber una cosa, no se
debe o no se puede pedir que cumplan tus ideales otros, cuando esa persona que ves
cuando miras al espejo no ha llegado a ningún lado.
No necesitas ser más que
los demás, ni mas grande, ni más fuerte.
Se te pide conciencia, alma, corazón,
pero sobre todo reflexión y respeto.
Ya no como amigo, sino como ciudadano.
Que
cuando las opciones sean inmensas no rechaces las sencillas por el mero hecho
de que sean más humildes, las otras serán efímeras y tampoco habrás ganado
gloria alguna, más que la de cobarde, oportunista y sucia.
Pero nunca de alma
amiga, bondadosa o caritativa.
Disfrutas de lo mejor de la vida,
ahora, mientras puedes.
Quizá luego afirmes que dura, pero será en balde,
porque todos verán el reflejo de aquello bajo los charcos que pisan cada día.
La
suerte no es para quien la busca, es a menudo una recompensa de los que luchan minuto
a minuto, y para otros es algo prestado que viene y se va con la misma rapidez.
Si tanto dejas al viento que te meza en sus ondas, un día te dejará aislada en
medio de la nada.
El viento es a veces frío, a veces caliente.
Es pariente de la suerte.
Es pariente de la suerte.
Solo tú debes
saber lo que en verdad quieres.
El te llevara mientras le apetezca, no dependas
de él y ten la mente abierta.
Haz que tus sentimientos buenos cojan más peso
que los que anteriormente has tenido, crea un lugar para ti donde seas algo que
se pueda valorar o simplemente sigue dejándote por el viento llevar mientras
pides libertad.
Alma que traición esconde quizá nunca cambie.
Algún día veras a
los que ahora ignoras y repeles, hay perdones que sin acciones nunca son
veraces. Tú decides lo que haces.
Esa libertad que exiges la hemos tenido desde
el principio, como ya te dije, un tesoro quizá para los ignorantes sin destino.
Algunos cuentan en el viento, con el poder de volar, y otros simplemente se
dejan arrastrar.
Sin duda algo me quedo de esto, y es que no es del todo cierto
que no se aprenda nada de una persona ignorante, aprendí de ti que hasta la
rata más sucia sigue a delante.
(Primer escrito para taller de escritura 2014-215. Tema: libre como el viento/ viento/ libre.)
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