Alma encendida

Todo gran fuego empieza con una pequeña chispa.

Con los sentimientos es igual aunque no nos demos cuenta, 

nos consumen, nos queman. 

Las quemaduras perduran, 

cuando aún escuecen aprendes de ellas y 

cuando cicatrizan recuerdas las peores y las mejores historias que has tenido.

Una sola piel para una sola vida.

 Deja que las llamas derritan todo el hielo que pierde tu tiempo, 

disfruta sin miedo de lo que valla surgiendo.

Tan al rojo vivo como se pueda. 

Amaneceres y atardeceres en llamas,

 que aviven esas brasas que impiden al frío aposentarse, 

y que te lanzan al abismo del instinto y la aventura. 

No hay que hacer ningún juramento,

puesto que hasta las más bonitas palabras se las lleva el viento.

Ríe, llora, grita, canta, sufre, corre, anda, baila, sonríe...

Con recordar eso tan solo un momento

podré morir satisfecho.

(Fotografía de Gorka Goitia.)