Aire


Hay días en los que te apetece simplemente aire.



- ¿Qué ha pasado?- Preguntó él con una mano en el volante y con la otra acariciándola  el pelo.
-Ya sabes, lo de siempre... - Ella estaba exhausta.- Solo necesitaba salir de ahí.
-Entendido. No tengo mas preguntas.- Cogió su mano y la atrajo hacia si dándola un beso.

No necesitaba mas palabras, no necesitaban ni preguntas ni respuestas, no necesitaban explicaciones ni comprensiones mas de las habituales. La rutina era la rutina. Nada cambiaba desde hacia tiempo y el reloj que lo marcaba  parecía cansado. Es como si hubiera decidido descansar y parar sus manecillas. Esa desesperación por avanzar, por mejorar o empeorar pero salir de lo de siempre. 

- ¿Donde vamos? - Pregunto ella.
- A...- Sonrió de medio lado.
- ¿No me lo vas a decir?- Ella quería saberlo, o no. No estaba del todo segura.

Él no contesto, simplemente se dedico a conducir y dejar que la música relajara los sentidos de ambos. Aparcó el coche, después de un rato conduciendo, a un lado de la carretera, el atardecer caía como nunca, las sombras se intensificaban y todo se sumió en un silencio inmediato. 

-Ven aquí.- Dijo él.

Ella obedeció y se sentó encima de el apoyando la espalda en la puerta y dejándose envolver en sus brazos.

-Mírame.- Dijo severamente. Ella se giro y miro esos ojos que tanta armonía proporcionaban a su caos personal.- No necesito mas que tu presencia para sentir que puedo hacer lo que sea. Para no necesitar mas motivos en la vida. Para coger impulso y lanzarme desde un rascacielos si hace salta. Para saber estar. Para estar contigo como con nadie mas. Para no suicidarme o matar a el pobre inocente que se me cruce en uno de los peores momentos del día. Y lo sabes.
Ella se limito a asentir. Y apoyando la cabeza en su hombro le susurro al oído.
- Hay días en los que lo único que necesito es aire.
- ¿Prefieres que te deje un rato sola?
- Mi aire eres tú.
-Ah...
- Eres el aire que trae oxigeno para mis pulmones, eres el silencio que me invade y me deja tranquilizarme, eres fresco o caluroso depende de lo que necesite, eres mi aire, eres mi cielo, eres mi tierra, eres mi suelo, eres mi mundo, mis estrellas, eres mi universo. Un día saldré corriendo de aquí y solo te necesitare a ti.

Se fundieron en un beso tierno y sedoso. En un beso de necesidad y añoranza. En un beso con amor.

La vida es difícil, pero teniéndose el uno al otro era como poseer un comodín en ese juego que es seguir a delante. Juntos, uno y otro. Juntos, humano y aire. 




(Foto de: Marina Caballero) 

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