Tempestad en mi



Siento el roce del agua en mis pies, mientras camino en paralelo por la orilla de la playa. 
A mi derecha la calma absoluta, a mi izquierda observo sobre el horizonte que se cierne en la más oscura de las noches. 
De repente la lluvia adsorbió cualquier atisbo de alegría en el paisaje. 
Un rayo desgarra el momento y me hace detenerme y observar.
El infierno se alza desde las profundidades.
 El ambiente hace que cada uno de mis músculos se tense y el hielo recubra cada hueso dentro de mí. 
Estoy en la arena, clavada, mientras el viento me arrastra hacia el oleaje. 
Parpadeo y vuelvo a la realidad, mis lágrimas se quedan mezcladas con la lluvia en la playa, mi orgullo me tiende la mano para sonreír y mi álter ego guerrero me saca con la máxima compostura y elegancia posible de la galerna que siento.








Segundo escrito leído en la radio: Onda Occidental Cantabria.

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